La política mexicana sigue mostrando su peor rostro mientras se avecinan las elecciones de 2024. Por un lado, Morena, el partido en el poder, presenta candidaturas que exponen su inclinación hacia el nepotismo más descarado, incluyendo a José Ramiro López Obrador, hermano del presidente. Por otro lado, Movimiento Ciudadano (MC), que se presenta como la “tercera vía”, no escapa de las mismas viejas fórmulas, nombrando a Juan Zavala como coordinador político de la campaña de Jorge Álvarez Máynez, un movimiento que huele más a pragmatismo político que a innovación.
En medio de estos escenarios, los ciudadanos no solo enfrentamos la falta de opciones reales, sino también el riesgo de que nuestra democracia sea secuestrada por intereses particulares y estrategias oportunistas. Es un llamado urgente a no dejarnos engañar por el maquillaje político que tanto el oficialismo como la oposición pretenden usar para perpetuar prácticas añejas.
Morena: el espejismo de la transformación
El discurso de Morena se ha construido alrededor de una narrativa que promete acabar con los vicios del pasado. Sin embargo, los hechos hablan más alto que las palabras. La inclusión de José Ramiro López Obrador en las candidaturas de la Cámara de Diputados es una bofetada a los principios de meritocracia y transparencia. Este acto no solo perpetúa el nepotismo, sino que también deja claro que Morena ha caído en las mismas prácticas que criticó de sus predecesores.
A ello se suman las candidaturas de figuras polémicas como Jesusa Rodríguez y Jesús Ramírez Cuevas, que representan más un pago de favores políticos que un compromiso con el bien común. Morena, lejos de ser el motor de cambio que prometió ser, se ha convertido en un reflejo del mismo sistema que juró erradicar.
Movimiento Ciudadano: la ilusión de la tercera vía
Si Morena decepciona, Movimiento Ciudadano tampoco entusiasma. Presentándose como una alternativa fresca y joven, sus movimientos estratégicos dicen lo contrario. La elección de Juan Zavala como coordinador político de la campaña de Jorge Álvarez Máynez huele a reciclaje político, más preocupado por establecer conexiones con las élites que por construir una plataforma innovadora.
Movimiento Ciudadano insiste en mostrarse como el refugio de los desencantados con Morena y los partidos tradicionales. Sin embargo, su constante ambigüedad ideológica y su dependencia de figuras “estrella” sin contenido real pone en duda su capacidad para liderar un cambio genuino.
Un llamado urgente: no al autoengaño
El panorama político de 2024 deja pocas esperanzas. Morena, con su nepotismo y discursos vacíos, ha traicionado la confianza de quienes creyeron en una transformación. La oposición, fragmentada y anclada en las mismas prácticas, no ofrece más que una ligera variación del mismo menú político que nos ha llevado al desastre.
Es momento de que los ciudadanos veamos más allá de los eslóganes y analicemos a fondo las propuestas, antecedentes y equipos de cada opción política. No podemos permitir que nos engañen con promesas vacías o imágenes cuidadosamente fabricadas. Elegir entre el mal menor no es suficiente; debemos exigir más.
La política mexicana no cambiará mientras sigamos aceptando el cinismo como moneda corriente. Es hora de entender que el verdadero poder está en el voto informado y en la participación activa, no en la resignación frente a lo que se nos presenta. Si no despertamos, seremos cómplices de nuestra propia tragedia.